Antes de que nos lo preguntéis, no sabíamos nada de lo que se venía en 2020.
Estamos dentro de ese terrible grupo de empresas, que da la sensación de que nos habían visitado del futuro para contarnos lo que se venía, propio de la familia McFly.
Me aventuro a decir que ni los fundadores de tinder, ni los programadores de zoom, ni los que patentaron satisfyer la tenían.
👉 Un GAP conocido
En noviembre de 2018 me junte con mis socios para emprender una aventura hacia el futuro del trabajo. Todos habíamos llegado a la conclusión por nuestras experiencias de que existía un gap entre el modelo de trabajo tradicional y las expectativas del nuevo trabajador.
Heredábamos prácticas laborales y organizaciones de la época post-industrial, basadas en reglas, control y equipos jerárquicos. Con una gran parte de los trabajos basados en labores repetitivas y con una falta de automatización y digitalización que daba más la sensación de ser del siglo pasado que de hace unos cuántos años.
Veíamos multitud de sectores en los que el tsunami de cambios ya había llegado para redefinir lo que significaba automoción, entretenimiento, movilidad o restauración entre tantos otros. ¿Por qué, la palabra trabajo seguía inmóvil?
Decidimos lanzar Shakers al mercado como un laboratorio para experimentar e innovar sobre el outsourcing y el futuro del trabajo a través de constantes cambios en metodologías de trabajo, sistemas de organización, de retribución, de selección y de evaluación.
Durante estos 2 años, hemos visto cómo las tendencias alrededor del trabajo han ido cogiendo mucha fuerza: aumento de digitalización, flexibilización y conciliación en el mercado laboral, crecimiento de las posiciones freelance o gig workers, equiparación de las soft y hard skills en los procesos de búsqueda o la transformación de las organizaciones en comunidades de profesionales entre otras cosas.
🦠 Entra en juego la pandemia mundial
Con todo este escenario, llegó el COVID-19 a nuestras vidas para validar todas esas hipótesis y tendencias: Pandemia y teletrabajo son los TT del 2020.
Las empresas de los sectores servicios se vieron obligadas a implantar medidas inmediatas de trabajo en remoto y con ello, se dejaron muchas cosas en el camino. Nos tocó construir un ferrari, sin saber siquiera de combustión.
El futuro del trabajo, no se llama teletrabajo.
Nuestra ventana de oportunidad se abrió de manera abrupta para permitirnos validar todas las ideas que teníamos en el laboratorio estos últimos años, así que decidimos pisar el acelerador hacia el futuro del trabajo.
🚀 ¿Hacía dónde vamos?
El tsunami laboral que viene va a transformar millones de empresas en organizaciones mucho más líquidas con estructuras de red de equipos y recursos bajo demanda. Nos imaginamos un mundo con miles de personas conectándose para desarrollar proyectos y sacar ideas adelante.
Nos dirigimos hacia un mercado con un crecimiento exponencial del trabajo por proyectos con alcances y objetivos más definidos frente al trabajo repetitivo actual, que será sustituido por automatizaciones y robots.
Ya es una realidad que las barreras geográficas han desaparecido pudiendo acceder a perfiles mucho más especializados a nivel mundial, que puedan ser el match perfecto con un determinado proyecto.
Aparece por tanto la oportunidad de conectar a organizaciones, proyectos y trabajadores bajo un nuevo marco de relación: más transparente, más responsable y con mejor match entre ambos. Aparece la oportunidad de redefinir la palabra “trabajo”.