¿Sabías que algunos seres vivos necesitan del fuego para reproducirse? Sí, como te lo cuento.
Las secuoyas gigantes, por ejemplo.
Consideradas los seres vivos más grandes del mundo, se benefician del fuego porque abre las piñas donde se encuentran sus semillas y quema la hojarasca que impediría que llegaran al suelo y pudieran crecer.
Es que, a pesar de su fama destructora, el fuego posee multitud de atributos y poderes que ya quisieran para sí la mayoría de las marcas.
El fuego se encuentra en el origen del progreso.
Fascina, cautiva la imaginación. Es luz, calor y energía.
Nos conecta con nuestros semejantes, con nuestras emociones y con nuestras historias con una intensidad solo comparable a la de la música.
Marcas que, como propone Simon Sinek en su Círculo Dorado, tengan claro su para qué y lo comuniquen de una forma potente.
Marcas que representen la forma en que una persona o grupo de personas hacen la vida de otras más fácil, más feliz, o de alguna manera «dejan el mundo mejor de como lo encontraron», como nos invitaba a hacer el padre del movimiento scout Robert Baden-Powell.
Marcas que cuenten: porque causen un impacto positivo y porque sepan contarlo para llegar a sus públicos.
Una marca incendiaria comienza siendo una chispa que vuela en la oscuridad, con un potencial de transformación que se desata si le damos lo que necesita.
Cuando se construye bien, tiene el poder de prender grandes cambios a su alrededor, de calentar, de iluminar y de alimentar.
Te propongo un método para conseguirlo: la Brand Bonfire.
Las marcas se construyen con mucho más que un nombre, un color y un icono. Para inspirar, para emocionar y para trascender, una buena marca necesita contar una historia que conecte, original e inimitable. Necesita profundidad y construir un universo de significados.
Hay un paso ineludible para alcanzar todo esto: la estrategia de marca.
En el caso de una marca incendiaria, será infinitamente más importante mirar hacia dentro -lo que ofrece la marca y lo que ocurre entre ella y sus públicos- que hacia los lados -la competencia- y dedicar tiempo y cariño al autoconocimiento.
Con el fin de llegar a la esencia y que la marca sea activable en todos los puntos de contacto, la Brand Bonfire propone una metodología que toma como base lo que en consultoría de marca se conoce como plataforma estratégica de marca, priorizando algunos aspectos y añadiendo otros nuevos.
¡Sigue leyendo, te cuento cómo se construye! 👇
Una chispa es una partícula con potencial incendiario. Por eso la chispa es a la fogata lo que el propósito es a la marca.
Si la avivas con oxígeno, si le das una estructura, material por el que propagarse, la rodeas de personas con sus historias y le permites desplegar toda su luz y todo su calor, tendrás ante tus ojos una maravillosa fogata.
El propósito es aquello que te mueve a desempeñar tu trabajo con pasión. Y cuando encuentras lo que te mueve, encuentras tu poder y tu responsabilidad.
Un propósito que nazca de la verdad y que esté bien formulado te anclará y te mantendrá firme en tu camino.
El oxígeno que tu propósito necesita para prender es el amor hacia ti, hacia los demás y hacia tu entorno.
Y también la perseverancia, la calidad y la motivación.
Los valores son la verbalización de aquello en lo que crees y, en consecuencia, cómo te comportas.
La personalidad de la marca define cómo es y cómo se expresa.El posicionamiento define qué eres y qué vendes. Recoge tu propuesta de valor.
Una fogata no tiene sentido sin una tribu que se congregue alrededor.
Esta tribu será un grupo de personas con quienes conectes profundamente a través de tu propósito, valores y personalidad.
La parte central de una marca no es su nombre ni su logo: es su relato.
El nombre, la identidad visual, verbal y todo lo que se desarrolle alrededor de la marca tiene como función trasladar ese relato con eficacia y magnetismo.
Existen múltiples maneras de conquistar la mente, y todas pasan por alguno de los sentidos o lo que es mejor: por todos a la vez.
Maya Angelou decía que la gente olvidará lo que hiciste y olvidará lo que dijiste, pero no olvidará cómo le hiciste sentir.
Por eso toda la experiencia que proporciona tu marca ha de cuidarse y ser coherente: lo que transmite con palabras, lo que se ve, lo que se oye, lo que se saborea y lo que se huele.
El propósito es una intención, lo que te propones conseguir como misión trascendente y que va mucho más allá de ganar dinero o liderar un sector.
Si tiras del hilo, si te preguntas qué consecuencias tiene la realización de ese propósito, tangibilizándolo en tus productos o servicios, de la manera en que lo haces, para quién y según tus valores, serás capaz de desgranar su impacto.
Hasta aquí los 7 elementos de una marca incendiaria.
¡Construye tu marca igual que prenderías una fogata!
Si quieres profundizar en esta metodología, además de otras herramientas imprescindibles para tu marca como naming y storytelling, te invito a leer mi libro Marcas Incendiarias que ya está disponible en Amazon.
Conócete.
Sé consciente de tu power y…
¡ARDE! 🔥