Nuestra top talent Marilén Dinoto, frontend developer, nos cuenta cómo decidió dar el paso a ser freelance y cómo esto le permitió encajar todas las piezas de su puzle.
Siempre fantaseé con vivir en sitios remotos, tener la facilidad de cambiar de lugar de residencia para nutrirme de diferentes culturas y costumbres. En 2011 me inicié laboralmente y esto parecía imposible: trabajar desde donde quisiera no era una opción para los empleadores de la época.
Soy argentina, tengo 33 años y hace 4 años me aventuré a cambiar de país y mudarme a Barcelona. Una ciudad en la que hablarán mi mismo idioma, compartieran algunas de mis costumbres pero en donde también me empapara de nuevas experiencias, personas, paisajes, historias.
Hace dos años una pandemia sorprendió y cambió a todo el mundo. Fue una situación límite pero hay algo que puedo rescatar: mi trabajo se tornó 100% remoto, algo que acercó mi anhelo, mi fantasía de esa Marilén del 2011 a una posibilidad real en el 2020.
Un día desperté con la decisión tomada: me mudaría a donde yo quisiera. Me fui a vivir a la montaña, el sueño de toda mi vida, rodeada de vegetación, vida silvestre y sobre todo, silencio.
Pero había una libertad que aún no había sido conquistada, continuaba sujeta a horarios laborales en relación de dependencia.
Con algo de miedo y algunos ahorros decidí dejar mi trabajo de ese entonces y lanzarme como freelance. Fue así que tomé las riendas de una vez por todas de mi carrera profesional, de mi tiempo y de mi futuro al confiar en mí, en mis capacidades y en mi experiencia.
Hubo redes, comunidades y plataformas que me ayudaron en este nuevo rumbo. En este punto conocí a Shakers, que sin duda hoy es mi favorita.
En un camino solitario como suele ser el del freelancer, encontrar una plataforma con estos valores hace que una se sienta acompañada.
En Shakers encontré un equipo enorme que me acompaña en cada proyecto y cada desafío, conecta y valora lo que con mi talento puedo dar, con aquellos clientes que necesitan mis servicios, brindándome apoyo y asesoramiento desde antes de primer contacto con el cliente, al final de cada proyecto. En un camino solitario como suele ser el del freelancer, encontrar una plataforma con estos valores hace que una se sienta acompañada.
