
En este 2025, sumar talento freelance al equipo de desarrollo ya no es una rareza, sino una decisión estratégica que muchas empresas están adoptando por una razón sencilla: permite responder con agilidad a las demandas del negocio, sin asumir el coste de una estructura fija. Pero no todo es tan fácil como suena. El camino está lleno de trampas comunes que pueden costar tiempo, dinero y, sobre todo, foco. En esta guía repasamos siete errores habituales al contratar programadores freelance y cómo evitarlos con cabeza.
1. Saltar sin mapa: no definir bien el alcance del proyecto
¿Qué esperas exactamente que el programador entregue? ¿Cuándo? ¿Con qué nivel de calidad o profundidad? Empezar a buscar talento sin haber respondido antes a estas preguntas es, como mínimo, arriesgado. La falta de definición suele desembocar en malentendidos, entregas a medias y ajustes de última hora que podrían haberse evitado. Antes de publicar una oferta, dedícale tiempo a aterrizar los objetivos, tiempos, entregables y limitaciones del proyecto. Si te resulta útil, puedes apoyarte en nuestra IA, que permiten estructurar el alcance desde el minuto uno y compartirlo de forma clara con el equipo freelance.
2. No hacer una evaluación técnica sería: jugársela más de la cuenta
Muchas empresas, sobre todo las "no" técnicas, se lanzan a contratar sin tener recursos para validar las habilidades del candidato. El resultado: programadores que, una vez dentro, no están a la altura de lo que el proyecto requiere. Una revisión técnica rigurosa no debería ser opcional, sino parte del proceso. Plataformas como Shakers incluyen sistemas de evaluación técnica diseñados precisamente para eso. Y si no tienes a alguien en tu equipo que pueda evaluar bien, siempre puedes pedir apoyo a un experto en la tecnología que necesitas. Tu proyecto te lo agradecerá.
3. Comunicación confusa o inexistente: un problema que se multiplica
No importa cuán bueno sea el programador: si la comunicación falla, el proyecto va cuesta abajo. Trabajar en remoto tiene grandes ventajas, pero exige un esfuerzo deliberado en la coordinación. ¿Con qué frecuencia os vais a reunir? ¿Por qué canales vais a hablar? ¿Cómo vais a reportar el avance? Las respuestas a esas preguntas deberían definirse desde el principio. Herramientas como Trello son útiles, sí, pero lo esencial es cultivar una dinámica fluida y transparente. Una comunicación estructurada, pero también cercana, hace que todo avance en mejor sintonía.
4. Ignorar el encaje cultural: no todo es código
Puede saber mil lenguajes de programación y aun así no encajar en tu equipo. Y eso, tarde o temprano, se nota. El ajuste cultural no es solo una cuestión de valores corporativos abstractos: tiene que ver con cómo se dan las prioridades, cómo se gestiona el feedback, o incluso cómo se responde ante un cambio de rumbo. Por eso, cuando entrevistas freelancers, no te fijes solo en su portfolio. Observa cómo se comunican, si preguntan lo adecuado, si muestran flexibilidad. Invertir tiempo en conocer esos matices te ahorrará conflictos después.
5. Improvisar con el presupuesto: receta segura para la frustración
Establecer un presupuesto sin conocer bien el mercado suele acabar en una de dos situaciones: o no encuentras a nadie con el perfil que buscas, o contratas a alguien barato que acaba saliendo caro. Antes de lanzar una propuesta, investiga. ¿Cuánto se paga por ese tipo de perfil? ¿Hay mucha demanda? ¿Tu proyecto requiere especialización muy concreta? Y no olvides algo importante: deja un pequeño margen para resolver imprevistos sin que el proyecto descarrile. Si necesitas una referencia, Shakers ofrece datos fiables sobre tarifas por tecnología y experiencia.
6. Elegir perfiles desactualizados: tecnología que no te lleva lejos
Apostar por tecnologías obsoletas o por talento que no se ha reciclado puede condenar tu proyecto antes de empezar. Hoy más que nunca, el entorno cambia a velocidad de vértigo. A la hora de contratar, asegúrate de que la persona domina herramientas actuales y está atenta a lo que viene. ¿Necesitas alguien con experiencia en automatización, IA o modelos de datos? Quizá te interese explorar perfiles enfocados a Inteligencia Artificial o ciencia de datos para asegurarte de que tu solución sea escalable y futura.
7. No dar seguimiento al rendimiento: el error silencioso
Contratar y esperar que todo funcione por sí solo es una fantasía que suele salir cara. El seguimiento del rendimiento no es sinónimo de microgestión, sino de liderazgo responsable. Define con claridad cómo se medirá el avance: pueden ser entregables concretos, metas semanales o indicadores de calidad. Y sobre todo, conversa regularmente con el programador para revisar qué va bien y qué hace falta ajustar. Esa retroalimentación constante no solo mejora el resultado: también siembra confianza y mejora la relación profesional a largo plazo.
Evitar estos siete errores no garantiza que cada proyecto freelance sea perfecto, pero sí te acerca mucho más a resultados satisfactorios, sostenibles y sin sobresaltos. Si estás buscando una plataforma que te acompañe en todo el proceso, desde encontrar el talento adecuado hasta gestionar entregables y presupuesto, Shakers puede ser tu mejor aliada. Explora nuestros servicios y lleva tu equipo técnico freelance con orden, foco y flexibilidad.