Cada día aparecen nuevas formas de trabajar, pero en Shakers lo tenemos claro: apostamos por un modelo freelance donde el talento es el que marca el ritmo: elige dónde, cómo y cuánto quiere trabajar.
La lógica es simple, aunque no siempre evidente: frente a un mercado saturado de contratos fijos, jerarquías obsoletas y rigidez estructural, el trabajo autónomo ofrece algo radicalmente distinto: libertad, foco y propósito. Y no hablamos de teorías, lo vemos cada día.
Mientras muchos aún operan bajo el paradigma del 9 a 5, nosotros diseñamos el futuro del trabajo desde otra premisa: poner al talento en el centro, no al sistema.
¿Pero cuáles son realmente los beneficios a los que nos referimos?
Uno de los beneficios más atractivos de ser freelance es la flexibilidad. Como trabajador autónomo, tienes la libertad de elegir cuándo, dónde y cómo trabajas.
“El 87% de los freelancers en Europa eligen este modelo por flexibilidad de horarios y localización. “ (Freeberry.eu, 2025). Si prefieres trabajar desde casa, desde una cafetería o incluso desde otro país… tú decides, ya que no estarás limitado a un lugar específico de trabajo.
La flexibilidad no es un capricho millennial. Es una decisión estratégica. Optimizar tus ritmos, proteger tu atención, reconfigurar tus flujos de energía. Ser freelance es ejercer soberanía operativa sobre tu día.
Esta flexibilidad también se traslada a la tipología de proyectos que eliges. Como freelancer, tienes el poder de decidir con quién trabajar, en qué tecnologías especializarte y qué tipo de retos asumir. Esta autonomía no solo alimenta tu satisfacción personal, sino que impacta directamente en tu motivación, productividad y crecimiento profesional.
No hay tech stack impuesto ni roadmap ajeno: eliges tú. ¿Quieres especializarte al máximo en un solo framework y dominarlo con precisión quirúrgica? Puedes hacerlo. ¿Prefieres surfear entre lenguajes, APIs o industrias como quien explora un terreno fértil y en constante mutación? También.
Según Freelancing.eu (2024), **“el 73% de los freelancers afirma que uno de los mayores beneficios de este modelo es poder elegir proyectos que realmente les apasiona”. Esa capacidad de elección es clave: te permite alinearte con lo que te mueve, sin comprometer tu desarrollo ni tu bienestar.
Al final, se trata de diseñar el tipo de profesional que quieres ser, sin límites impuestos por estructuras tradicionales. Y eso, bien gestionado, es una ventaja competitiva real.
Uno de los mitos más extendidos sobre el trabajo freelance es que es menos rentable que un empleo fijo, sobre todo por la carga fiscal. Pero los datos y la experiencia lo desmienten. Según Forbes España (2024), “los profesionales freelance pueden llegar a facturar entre un 40% y un 60% más que sus equivalentes en plantilla, especialmente en sectores tecnológicos y creativos”.
La clave está en la gestión estratégica de tu actividad. Como autónomo, tú defines tus tarifas, las ajustas según la demanda del mercado, tu seniority y el tipo de cliente. No hay tech lead negociando por ti, ni HR filtrando tu valor: tú marcas el precio y eliges con quién trabajar.
Además, el modelo freelance permite diversificar ingresos trabajando en proyectos simultáneos, lo que se traduce en una capacidad de escalado que no existe en el empleo tradicional. Como apunta Freeberry.eu (2025), “más del 64% de los freelancers europeos afirma haber mejorado su estabilidad financiera desde que abandonó el modelo asalariado”.
Trabajar en libertad no solo tiene un valor emocional. Tiene un valor económico. Y se nota en la cuenta bancaria.
Trabajar como freelance también puede ofrecerte oportunidades de crecimiento personal y profesional. Al ser tu propio jefe, asumes la responsabilidad de todos los aspectos de tu actividad: desde la captación de clientes hasta la gestión administrativa. Y eso se traduce en una curva de aprendizaje acelerada.
Desarrollas una amplia gama de habilidades más allá de tu especialidad: ventas, gestión, marketing, negociación. Y el contacto directo con clientes y otros profesionales te ayuda a construir una red sólida, con nuevas oportunidades de colaboración o negocio.
Además, tú decides: cómo organizarte, cómo fijar precios, cómo avanzar. No hay que pedir permiso. Eso se traduce en más control, más autonomía y más espacio para innovar.
Por estos cuatro beneficios principales, nosotros lo tenemos claro: en Shakers apostamos por una gestión de proyectos que respeta esa independencia, facilita la comunicación con clientes, automatiza lo operativo (como la facturación) y da acceso a oportunidades que elevan tu carrera.